Editorial

Killer protectores

Los asesinos públicos Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Sánchez Berzain, presidente de la República y ministro de Gobierno de Bolivia, respectivamente, durante la masacre paceña de octubre del 2003 y directamente responsables de la misma, fueron asilados por los Estados Unidos de Norteamérica, pese a los reclamos del gobierno, organismos del Estado y de Derechos Humanos bolivianos, quienes vienen solicitando y exigiendo su extradición.

De esta manera, los masacradores de casi un centenar de personas que se rebelaron junto a miles contra los intentos de rifar el gas nacional en octubre del 2003 en la denominada Guerra del Gas, procesados en Bolivia, viven cómodamente en la democrática nación del Norte americano.

No hay Justicia con mayúscula que pueda con ellos. Ni con Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, gusanos de orígen cubano y covert action de la CIA , culpables de haber hecho estallar en el aire un avión de Cubana de Aviación en 1976 que transportaba deportistas juveniles. Si el crimen los hermana a todos ellos, la hermana mayor de los crímenes made in usa de lesa humanidad los protege, los mima y los auspicia y financia para, a través de sus operadores, organizar nuevas correrías criminales en Bolivia y Cuba, entre otros países de gobiernos no sometidos al imperio.
Mientras todos ellos gozan de la impunidad de un capitalismo depredador y corrupto que, al igual que a Somoza en Nicaragua, los considera cínicamente “hijos de puta, pero nuestros”, los Cinco Héroes cubanos, René González, Gerardo Henández, Ruben Labañino, Fernando González y Antonio Guerrero, detenidos en EE.UU. por intentar neutralizar a terroristas similares a Posada Carriles y Bosch, siguen presos en las ergástulas de aquel democrático país desde 1998, y hace pocos días los jueces norteamericanos han ratificado sus condenas.

El gobierno de Bolivia, con respecto a Sánchez de Lozada y Sánchez Berzain, al igual que el de Venezuela en relación con Posada Carriles, sin resultado alguno en sus solicitudes, deberá conformarse con seguir insistiendo en sus pedidos. Los killer protectores, IV Flota sobre el mar, bases militares sobre la tierra y bombas inteligentes que destruyen aldeas y pueblos enteros desde el aire, siguen a… Justiciando a los pueblos.