lunes, 19 de mayo de 2008

Editorial

Las Tácticas de la Derecha

En la guerra, como en la lucha de clases, las tácticas más conocidas para debilitar y vencer a un enemigo son las de dispersión y concentración de fuerzas en un momento y espacio determinados de modo que, ante un golpe, permitan la desestabilización y fractura de la fuerza contraria a la par que la organización y consolidación de la fuerza propia.
Estas tácticas, no por conocidas dejan de ser aplicables a situaciones diversas, son las que utiliza la derecha reaccionaria boliviana en función de crear diversionismo, provocar contradicciones en el bloque popular social y político, ganar tiempo en el marco de impedir la gobernabilidad y desarticular la administración del país, organizando las condiciones para el zarpazo final.
Los vaivenes entre las posiciones de facto y las supuestas articulaciones para concurrir a un diálogo siempre planteado por el gobierno están a la orden del día desde hace tiempo. Así, al Referéndum Revocatorio ilegal llevado a cabo el 4 de mayo por la derecha proimperialista cruceña le siguió la aceptación, por parte de su pata política en el Senado (Podemos), liderada por el paniaguado cruceño Ortiz, del Referéndum Revocatorio planteado en su momento por el gobierno de Evo, que hasta ahora había dormido el sueño de los justos en las bancadas reaccionarias. A esta aceptación “política” del citado Referéndum- que fue considerada como parte de una fractura entre los “políticos” y los “empresarios/cívicos/prefectos” del oriente- le siguió la contraoferta de los últimos en relación con el adelantamiento de la fecha de elecciones para un nuevo periodo presidencial. Contraoferta que coincidió con una nueva provocación del prefecto Costas y Cia. en Santa Cruz: su autodesignación como “gobernador”, la creación de una Asamblea Legislativa y hasta la concreción de un engendro denominado Consejo de Promoción del Comercio Exterior, que se encargaría de cobrar por las exportaciones de petróleo y gas de la zona, además de las exportaciones de soja y aceite refinado y crudo. Ante estos anuncios y a la par que descalificaba las medidas, el gobierno respondió con un nuevo llamado al diálogo para consolidar un “pacto nacional” que incluya el debate sobre el IDH, cuestionado por los reaccionarios. La respuesta de los prefectos medialúnicos fue la de seguir con los Referéndums Autonomistas- el de Pando se hará el 1 de junio- al que le seguirán el de Tarija y Beni.
Hasta aquí las cosas para no ser aburrido. Sólo cabe agregar que el Referéndum Revocatorio, llamado para el 8 de agosto y no aceptado por los reaccionarios regionales, contará con la supervisión de veedores internacionales, ya convocados, entre ellos de la UE y la OEA.

Anclajes

Frente a todo este engorro legal/ilegal que signa la institucionalidad boliviana, no es difícil perderse en los laberintos de la especulación superestructural; aquella que hace de la muñeca política, las declaraciones mediáticas y los acuerdos entre “adversarios” lo esencial de la confrontación entre unos y otros. Pero en Bolivia la lucha no es entre adversarios políticos ni entre pares de la misma “clase política” sino entre explotados y explotadores, que, aunque encubran la confrontación detrás de las máscaras de la concertación o cualquiera otra que se les ocurra inventar, se enfrentan en una guerra a muerte por hacer prevalecer los intereses de unos sobre los otros en el marco social, político, económico y militar.
Con esto queremos decir, humildemente, claro, que el gobierno está para ejercer la autoridad, que sólo puede provenir de la organización y movilización de las masas que lo sostienen con su voto y su decisión de vencer a los explotadores y opresores. La supuesta contradicción entre las patas políticas y sociales(empresariales) de la derecha es una variable más de la dispersión de fuerzas que lleva ésta a la práctica para dividir las fuerzas del gobierno y desmovilizar y confundir a sus cuadros y bases. Cuando logre el cometido de dispersar y aún fracturar al bloque popular y su conducción, la derecha se aglutinará como un solo hombre e irá por todo. El imperialismo norteamericano, como sabemos, la alecciona, auspicia y financia, y sabemos que el imperialismo es bestial y salvaje, pero no tonto. Tiene mucho que defender para actuar seriamente.
El gobierno debería finalizar, creemos, con la constante aceptación de su legitimación que le impone la derecha y sus medios de información. Los referéndums, las elecciones de cualquier tipo, los llamados a consensuar y dialogar con golpistas y funcionarios de facto, la aceptación de la cultura de la no confrontación, no sólo llevan tiempo y dinero sino desgastan al propio gobierno y a las fuerzas que los sostienen y apoyan. La autoridad no es autoritarismo, el poder popular no es ejercicio indiscriminado del poder: es servir a los que dieron su voto con acciones enérgicas y claras cuando la situación lo amerita.
Bolivia no sólo no está sola, sino que forma parte del gran tablero de ajedrez regional en donde se juegan la liberación o la sumisión; la libertad o el sojuzgamiento imperial; el socialismo o una vuelta más al capitalismo bestial, depredador, ecocida y genocida. Los pueblos están para defenderla; a su pueblo y a su gobierno. Pero sólo su pueblo y su gobierno deberán dar el gran salto adelante, nadie lo hará por ellos. Cuando ellos decidan dar por tierra con los traidores y opresores, decidirán por ellos y por todos nosotros, que allí estaremos para apoyarlos.
Bolivia, como dijimos alguna vez, somos todos. Todos somos Bolivia. En el marco de la liberación continental cada uno hará y hace lo que tiene que hacer.

Jorge Luis Ubertalli

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