jueves, 24 de julio de 2008

Editorial


Soberanía popular

La decisión de los habitantes del Chapare cochabambino de no permitir la entrada a la región de Thomas Shannon, Subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., de “visita” en Bolivia, sin la autorización del gobierno que preside Evo, es un acto de soberanía popular digno de imitarse en todos los países y regiones de Nuestra Indoaméricalatina. La decisión de los compañeros, que ya habían expulsado de la región a la tristemente célebre USAID, instrumento de la CIA para la colonización, la conspiración y el financiamiento de la derecha local, constituye la afirmación soberana de un pueblo que ya no ha de ponerse nunca más de rodillas- ni permitirá que representante oficial alguno lo haga- ante el imperialismo yanqui y sus secuaces asentados en el país.
Ni conspiraciones judiciales ni parlamentarias, ni atentados frustrados o consumados, ni prestidigitaciones de prefectos o enviados del imperialismo para embarrar la cancha, impedirán que se lleve a cabo la voluntad popular de consagrar nuevamente a Evo como conductor del pueblo boliviano y, fundamentalmente, de sus sectores más pobres y oprimidos de la ciudad y el campo. Primer Presidente indígena de Bolivia, Evo, con su fuerza e instinto de clase, ha sabido y sabrá capear las tempestades derechistas y fascistas que intentan hasta hoy terminar abruptamente con su mandato.
La soberanía popular es un hecho del que no habrá vuelta atrás. El 10 de agosto Bolivia volverá a confirmar que, por sobre todas las cosas, ansía la liberación nacional y social en el marco de la construcción de una nueva sociedad sin explotadores ni explotados. Evo es la garantía, junto al pueblo consciente y movilizado, de que esto suceda. El sí a Evo es el sí a la revolución. Así lo entenderá una vez más el pueblo de Bolivia. Y guay de quien quiera arrebatarle su triunfo, que ya despunta como una estrella más en la ruta de los pueblos por su emancipación.

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