lunes, 7 de abril de 2008

Editorial

La Muestra del botón

El hacendado Ronald Larsen, patotero y delincuente norteamericano, es hoy la muestra de una pléyade reaccionaria y cipaya que, enarbolando las banderas de la “autonomía”, pretende convertir a Bolivia en una republiqueta embanderada con una contrarrevolución vinculada al imperialismo aventurero del país del Norte de América. Esclavistas, dueños de horca y cuchillo hasta ayer, los hombrecillos como él se resisten a perder los privilegios obtenidos en el nombre de la Paz que diseminaban los Cuerpos de inteligencia y penetración cultural yanqui, a los cuales perteneció. Como todos sus rancios acompañantes locales y extraños, muestra una vez mas la hilacha.
Y no es para menos.
Nadie, salvo sus matones a sueldo y los pequeños pero poderosos dueños de la tierra, acompañan en el país y en Indoaméricalatina a los Larsen y sus filbusteros secesionistas . Nadie se presta a su juego golpista y provocador. Solos de toda soledad, como dijimos alguna vez, intentan a todas voces obligar al gobierno a reprimir, a fín de cosechar algún mártir que mostrar para jugar el papel de víctimas. Sordos para cualquier diálogo, son proclives a extender la mano a los verdes que los gringos oblan para financiar sus trapisondas y aventuras, mientras hablan de patria para pocos y escupen racismo por todos sus poros.
El 4 de mayo se acerca y ellos corren presurosos hacia el abismo de la guerra civil, dispuestos a derramar rios de sangre antes que perder un solo palmo de sus mal ganados privilegios.
La muestra del botón los expresa a todos. En la hora de los hornos, no habrá espacio que los cobije ni guarida que los esconda.

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