lunes, 12 de noviembre de 2007

Editorial

Para la foto

Así como una acción vale mas que mil palabras, el cuarteto que posa al pié de esta editorial es mas significativo que cientos de sinfonías conspirativas. La entente empresarial, imperialista y paramilitar, custodiada por expertos, se exhibe prístina y exultante cual camándula desestabilizadora de gobiernos, represora de pueblos y representadora de grandes, espúreos y malhabidos intereses.

Bolivia, así como antes Chile, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y tantos otros países de Nuestra América y el Tercer Mundo han visto, con distintos rostros pero la misma podrida alma, retratarse sin pudor a los enemigos de siempre. Conspirando, financiando golpes de Estado, promoviendo el “caos” y la “inseguridad”, la Santa Alianza hoy “democrática”, ayer dictatorial y nuevamente dictatorial mañana si los pueblos y gobiernos populares se confían o ceden ante sus presiones, vuelve por sus fueros.

Ya lo denunció el compañero Evo en la última Cumbre celebrada en Chile. Y también la voz fuerte de Venezuela, en la figura de Chavez, que rompiendo las reglas de la hipocresía y a despecho de a quien le pese acusó a los fascistas de fascistas . Y la de Cuba y Nicaragua, la de Martí y Sandino y Carlos Fonseca Amador, que apoyaron la clara y concisa voz venezolana.
Pero volviendo a los cuatro de la foto, de nada vale ya negar su íntima vinculación con lo innombrable. Se retroalimentan y provocan a los pueblos, en este caso al de Bolivia y su gobierno, una y otra vez. Sus armas y dineros sucios siempre están prestos para apostar contra las grandes mayorías populares.

Las cosas están cada vez mas claras y nítidas, como esa foto que retrata de cuerpo entero a los injustos.

Todos los pueblos que apoyan a Bolivia y su gobierno sabrán, a su vez, retratarse con la historia libertaria del país hermano y salir en su defensa cuando sea necesario.
Desde ayer, ahora y siempre, estamos y estaremos con la Bolivia originaria, obrera, campesina, popular, que arde desde abajo para terminar con los posantes de las calamidades.

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