lunes, 14 de enero de 2008

Editorial


UNA ROSA ROJA

El 11 de marzo del 2006, cuando todavía no se habían acallado las voces antes nunca escuchadas de apoyo al nuevo presidente de Bolivia y en grandes sectores de nuestro país, América y el mundo todavía no había cobrado dimensión la importancia del acontecimiento en su proyección, comenzamos nuestra tarea de contrainformación y contrapropaganda antiburguesa y antiimperialista en relación con la nueva Bolivia que despuntaba. Sentando la máxima de que “solo la verdad nos hará libres” de José Martí o la de “la política de la verdad es la política de la revolución”, tal cual lo dijera en su momento el comandante sandinista nicaragüense Pedro Aráuz Palacios, emitimos todas las semanas, y a veces algunos meses en forma escrita, nuestro Boletín de Noticias que en su síntesis, Boliv_ar, intentaba simbolizar la lucha de dos pueblos contra la injusticia, la opresión, la explotación y el saqueo. Así llegamos hasta aquí, a puro pulmón y sin padrinazgos ni claros ni oscuros. Solo contando con nuestro propio esfuerzo, y a veces hasta a contrapelo de algunos funcionarios bolivianos aquí destacados, que hace unos pocos días se “olvidaban” de invitarnos a una Conferencia de Prensa que Evo realizaba en Argentina con motivo de su visita ante la asunción de la nueva Presidenta, seguimos elevando nuestra voz de apoyo al proceso de cambio y transformaciones que signa hoy Bolivia. Y lo seguiremos haciendo, puesto que los trabajadores y el pueblo boliviano son parte de nuestro bagaje de sueños que serán realidad en la revolución continental, aquella que pensara, soñara y encarara el Comandante Ernesto Che Guevara.
Por todo ello y mucho más, creemos que tenemos derecho al pataleo y a una pequeña crítica hacia el rumbo que hoy toma el proceso que conduce Evo. Ella consiste en que sostenemos que no se debe ni siquiera sugerir un marcha atrás en lo realizado con el concurso y en el nombre del pueblo frente a los poderosos. Se puede y debe conciliar con “adversarios” de buena fé, pero nunca con aquellos que hasta hace unos días llamaban al golpe de Estado contra el gobierno constituído y tocaban a deguello- como lo hicieron frente a campesinos y citadinos desvalidos y desarmados- a través de sus hordas fascistas, que hasta ahora no fueron desmanteladas ni desarmadas.
El gobierno de Evo, creemos, se debe ante todo a los originarios, campesinos y obreros- estos últimos casi ausentes en este proceso de cambio, cuando tendrían que cumplir un inmenso papel habida cuenta de su trayectoria revolucionaria y combatiente en todos los años que siguieron a la gloriosa insurrección del 52- y es a ellos a quien debe responder y consultar frente a acontecimientos como los de hoy, signados por un “diálogo” que amenaza dividir a las propias fuerzas del MAS en cuanto a si se debe o no debatir sobre el texto Constitucional ya aprobado para complacer a los “opositores” que, como se dijera en varias oportunidades, no son representativos de quienes dicen representar, y que ya dieron una muestra de ello rechazando el Referéndum Revocatorio de mandatos.
A aquellos acostumbrados a ejercer, teniendo en cuenta su huérfanía histórica de pueblo en toda su existencia, la mentira, la especulación y el chiquitaje político como arma de dominación legal, cuando no la fuerza de las bayonetas y los palos como la ilegal, se les debe hacer comprender que el poder está en manos del pueblo. Y que a través de las Asambleas populares de originarios, campesinos, obreros, estudiantes, gremiales y otros sectores populares; a través de la democracia directa estructurada alrededor de las grandes organizaciones de masas y de cuadros unidos como un solo haz , junto a su gobierno, los de abajo ejercerán definitivamente el mando. Autoridad no es autoritarismo, como pretenden confundir los autoritarios y fascistas de siempre. Lucha de clases, ya lo dijimos en anteriores oportunidades, no es guerra regional ni confrontación ciudad-campo, como lo pretenden imponer los escribas de la burguesía y el imperialismo. La verdadera confrontación es entre los que “producen la riqueza, crean los valores y hacen andar las ruedas de la historia”, como dijera Fidel, y los zánganos y parásitos que viven de ellos. Entre explotados y explotadores, entre oprimidos y opresores, cualquiera sea su color de piel, signo cultural u orígen geográfico.
Los grandes latifundios, las grandes unidades fabriles y extractivas productivas, los bancos, deben ser expropiados a sus malhabidos dueños y administrados por los trabajadores a través del Estado, su Estado, en transición a una sociedad socialista. Y no debemos tener empacho en decirlo, por cuanto el capitalismo, de cualquier signo que sea, ya ha demostrado ser inservible y obsoleto, por no decir trágico y bestial, frente a los grandes problemas de los trabajadores y los pueblos.
Bolivia hoy está en el centro de la atención regional y mundial. Los capitalistas y burgueses de toda laya y pelaje hacen grandes esfuerzos para que el proceso revolucionario boliviano se congele y se haga digerible y sin peligros para ellos. Por el contrario, las masas populares de indios, obreros, pobres de la ciudad y el campo, sectores medios y hasta militares que comprenden que solo con el socialismo habrá una verdadera patria libre para todos y defendida por todos, en toda Nuestra Indoamérica latina y el mundo esperan la profundización de la patriada libertaria de Bolivia y la mano firme de su gobierno para llevarla al puerto seguro del socialismo, al que obviamente se transige en un país periférico de acuerdo a la forma histórica en que se conformó su producción material y cultural, pero al que nunca se debe negar como meta estratégica y final de la liberación nacional y social de los hombres, sean originarios o no.
Quiérase o no, el capitalismo hoy campea mundialmente y a sus anchas, y debe ser suplantado por su negación y superación, el socialismo. Aunque a veces se retroceda, no hay marchas hacia atrás en este proceso, sólo hacia adelante. El atrás es sólo para tomar impulso…
Las condiciones para el salto hacia adelante de Bolivia, su pueblo y gobierno aunados en el camino de la justicia y la liberación, están mas maduras que nunca. Ningún país del area- salvo los sirvientes del imperialismo norteamericano y el propio imperialismo- respalda a la reacción. Su orfandad externa e interna la ha llevado a “dialogar” para ganar tiempo, recomponer fuerzas, conspirar y tratar de dividir al partido de gobierno, a las Fuerzas Armadas y policiales y a los trabajadores entre sí. El gobierno no debe permitirlo ni ceder un milímetro en las conquistas populares. La Asamblea Popular deberá ser el único ámbito dirimidor de conquistas ya arrancadas a los que hasta ayer eran dueños y señores de las vidas y muertes de millones. Ejerciendo el poder se conservará y ampliará el Poder Popular, fuente de todo poder.

El 15 de enero se conmemorará un nuevo aniversario del asesinato de la revolucionaria comunista polaca Rosa Luxemburgo, malmatada luego de ser detenida por la soldadesca fascista en el Hotel Edén de Berlín, Alemania, en 1919. Militante socialista, feminista, antimilitarista y antiguerra, la “vieja puta”” o “la judía”, como la vituperaron sus enemigos antes de asesinarla a golpes y tiros y arrojarla al rio, es una más de nuestras mártires a quienes ahora, desde nuestro Boliv_ar, rendimos homenaje.
Sus consignas de “Socialismo o Barbarie” están hoy mas vigentes que nunca.
Una rosa roja para nuestra Rosa roja y nuestra voluntad para continuar nos signan el camino.

Jorge Luis Ubertalli

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