lunes, 18 de junio de 2007

Sentir al Che



Por María Martha González Q.
Junio 15, 2007

Año tras año nos reunimos en Vallegrande y en La Higuera para rendir nuestro homenaje recordando el día del asesinato del Comandante Ernesto Che Guevara, con dolor, cargados de pena y emoción en el corazón por la gran pérdida que significó su partida. Sin embargo, aunque parezca una contradicción, el Che está siempre presente. En Cuba, en Vallegrande, en La Higuera, en todos los paises del mundo, pero por sobre todo está presente en el corazón de todos los revolucionarios, principalmente de América Latina.

Este 23 de junio, por primera vez y en ocasión del 79 aniversario, fuimos a celebrar su nacimiento. El contingente de compañeros que partió hacia Vallegrande fue una centena, salimos a las 5.00 de la mañana rumbo la base aérea de El Alto. Había cubanos, venezolanos y bolivianos y de otros países que íbamos a celebrar el cumpleaños del Che. Subimos al Hércules generosamente brindado por el Presidente Chávez. Al llegar nos esperaban los buses que salieron de inmediato hacia Vallegrande. Así lo hicimos llegando a esa ciudad a las 3.00 de la tarde; nos encontramos con los adelantados que habían salido antes para preparar las actividades.

Nos acomodamos en los hostales para salir enseguida a los actos programados. Uno en la H. Alcaldía Municipal, donde se entregó diplomas al Embajador de Cuba Rafael Dauzá, al General de División Rogelio Acevedo que remodeló la escuelita de La Higuera y a su vez construyó el memorial “Che Guevara”, y por el aporte que todos esos compañeros dieron y siguen dando por hacer de Vallegrande una mejor ciudad

Posteriormente se realizó un acto cultural en el salón parroquial de la iglesia, donde pasaron, en video, el discurso del Che en las Naciones Unidas. Al oír sus palabras, que llegaron a lo mas profundo de la mayoría de los participantes, constatamos en la realidad, que aún queda mucho por hacer, mucho que trabajar todavía para conseguir la tan ansiada revolución de nuestros pueblos. Constatamos que falta tanto por hacer y también que todo el legado político que nos dejó el Che está recién iniciándose, fundamentalmente en la construcción del “Hombre Nuevo” y la revolución latinoamericana.

Habló el Jefe médico, compañero Dr. Jenry Carreño, a nombre de las brigadas de médicos cubanos que están en Bolivia, demostrando ese pilar fundamental de una verdadera revolución: la solidaridad. Palabras militantes, maravillosas que nos hicieron derramar lágrimas por lo que es y hace el heroico pueblo cubano. Habló también el compañero Luis Lage, Presidente la Federación Universitaria de Cuba, mostrándonos cómo son los verdaderos jóvenes revolucionarios de Cuba. Finalmente el compañero embajador nos dio una maravillosa muestra de lo que es luchar, vivir, defender una revolución, como la revolución cubana y salir adelante pese a las injusticias que diariamente comete el imperialismo norteamericano, la potencia mas grande del mundo, contra esa heroica y pequeña y a la vez grande isla preñada de libertad, marchando adelante por el camino del socialismo.

A la mañana siguiente salimos hacia La Higuera para ver, algunos por primera vez, la escuelita donde asesinaron al Che, como en Vallegrande, la tumba donde trataron por más de treinta años de ocultar y hacer desaparecer a él y a sus compañeros que lo acompañaron en ese inicio de lo que será la revolución en Bolivia y Latinoamérica.

No faltaron las guitarreadas, los bailes y canciones en la Plaza de Vallegrande, para festejar el cumpleaños del Che, en medio de los sentimientos más entrecruzados y heterogéneos: llanto, impotencia, dolor por lo perdido y a la vez alegría por tener un ejemplo como el Che, que seguiremos para ser mejores hombres y mujeres, concientes de lo mucho que nos falta por hacer.

Luego, nuevamente el viaje de regreso hacia el aeropuerto a tiempo para el último vuelo a La Paz. Mas tranquilos quizás, y con la presencia mas cercana del Che metida en nuestro corazón, en la piel y el pensamiento. Porque en Vallegrande y en La Higuera se siente, casi física y cercanamente, la presencia del Comandante de América, Ernesto Che Guevara, y la necesidad de cumplir nuestro compromiso y seguir su camino gritando, desde lo más profundo de nuestro ser, las palabras de Nicolás Guillén: “… Salud Guevara! o mejor todavía, desde el hondón americano, espéranos partiremos contigo, queremos morir para vivir como tu has muerto, para vivir como tu vives, Che Comandante, amigo”.

¡¡¡Hasta la Victoria Siempre!!!

¡¡¡Patria o Muerte, Venceremos!!!

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