jueves, 6 de noviembre de 2008

LA MEJOR VIVENCIA HISTÓRICA

Con gran expectativa asistí a la marcha patriótica desde Caracollo a La Paz , evento convocado por el Presidente de Bolivia, jamás superado en número, calidad humana y elevado propósito desde aquella primera marcha de 1990 cuando los hermanos indígenas de tierras bajas y altas exigieron: Asamblea Constituyente, nacionalización de los hidrocarburos, inclusión social y rescate de la dignidad ciudadana. Llegué oportuno al punto de partida cuando el propio presidente inició la singular movilización pacífica para presionar al Congreso la aprobación de la Ley que permitirá consultar al soberano sobre la nueva CPE.
Bajo un cielo azul turquesa, una atmósfera transparente, el sol radiante y un horizonte amplio abierto a la esperanza, me incorporé a la cabecera entre la multitud de hermanos mineros y campesinos concurrentes, originarios venidos de todos los lugares de la extensa geografía patria. Entusiasta y portando banderas, la tricolor y la hermosa wiphala, inicié la esforzada caminata colectiva en dirección a la capital. Era atractiva la posibilidad de renovar antiguas experiencias similares, las del Primero de Mayo en Santiago de Chile junto a los camaradas obreros cuando anualmente se renuevan los votos por un mundo de justicia y fraternidad. Quise sentir en forma personal la vivencia de marchar junto a mis hermanos indígenas, saber de su sacrificio y sus ansias liberadoras. Con entusiasmo inicié la marcha a paso firme, en pleno altiplano menoscabado en oxígeno y llevando en contra cargados años provectos. Muy pronto comenzaron los signos de la fatiga muscular en las extremidades no habituadas a los esfuerzos físicos intensos. Soporté cuatro horas hasta quedar destruido pero contento de haber convivido instancias maravillosas. Un campesino de Villazón acompañado del hijo adolescente me relataba elocuente que era su primera marcha y que, empeñado en su objetivo, no retornaría a su lar sin la victoria política propuesta por el MAS; aseguraba que también soñaba con un mundo en plenitud de justicia y felicidad, Elocuente mirando mis antiguos años dimensionó los suyos y comentó “creo que nosotros ya no veremos ese mundo feliz, pero mi hijo sí vivirá otra existencia mejor”; le contesté que estaba equivocado, que ambos veremos ese mundo de sueño compartido. En todo caso, asintió cuando insinué que la estrategia debía ser pacífica respetando la voluntad del diálogo que en ese momento estudiaba soluciones posibles en el seno del propio congreso nacional.
Mientras respiraba con ansiedad y fatiga, observando la firmeza y los rostros duros de los humildes hermanos bolivianos, el rostro de la Bolivia profunda, evoqué el suceso de Peñas, el 14 de noviembre de 1781, cuando el líder indígena retornó a la vida y a la lucha desde diciembre de 2005. En ese entonces, descuartizado, profetizó solemne previo a su sacrificio mortal: “nayawa jiwktxa, nayxarusti, waranqa waranqanakaw sartasinipxani” ¡yo nomás muero, después de mi, miles y miles se levantarán! ¡kutt´anipxani! ¡Miles y miles volverán! Verdadera profecía tornada real en nuestra Bolivia. Efectivamente, volvió Katari con su tremendo mensaje, la historia sigue sus pasos hacia otra Bolivia posible, hacia un mundo más humano y universal. Salimos de la prehistoria y el alma humana despliega sus alas en ascensión espiritual.
En el Palacio Legislativo soportamos largas horas de sesión permanente, escuchando los peores discursos de una oposición enguerrillada que prolongaba y dilataba conclusiones tratando de excitar violencia para evitar la aprobación de la nueva Carta Fundamental, la refundación de Bolivia, el amanecer social, ético y antropológico de sus habitantes. Largas oratorias fuera de contexto respondieron la orden sectaria de prolongar, fatigar, enojar a diputados y senadores del MAS. Con el objetivo de dar paso a la confrontación y al testimonio negativo de los observadores de NNUU, la OEA y UNASUR para luego argumentar contra la CPE del MAS “bañada en sangre”.
Mientras aquello sucedía al interior del congreso, afuera el pueblo congregado se encontraba en vigilia permanente a la cabeza de Evo Morales. Sin resguardo ante el frío nocturno, sin comida, sin lecho, sin servicios básicos, permanecía obediente a la expectativa. Algunos insinuaron ingresar con la fuerza física a cerrar el Congreso, por momentos las explosiones se intensificaban y los gritos viriles, amenazantes, hacían vibrar la atmósfera interior. Cundió el temor y la angustia natural, la incertidumbre ante el desenlace de aquel evento de tanta significación histórica.
Mientras aguardaba informe sobre el requerido diálogo, escribí a los enlaces del correo electrónico: "Los parlamentarios nos encontramos esperando toda la noche alguna concertación en el propio parlamento pero... sé que existen órdenes sectarias en la bancada de Podemos, su jefe ordenó obstruir en un rapto de egoísmo absoluto, hay discusiones notorias entre ellos. Nosotros no podemos ceder, la historia nos juzgará, nos observa con mirada profunda. Vale mil veces el sacrificio de la vida a dejar sin nueva Constitución a los desposeídos de la patria. Deben ser incluidos, se justifica todo el sufrimiento posible"
Sobre la nueva CPE debo afirmar que tiene la siguiente trascendencia: un basamento de principios y valores morales superiores, incluye a los humildes, ofrece la seguridad del voto ciudadano de bolivianos en el exterior, es inmejorable en el respeto al medio ambiente, a los derechos humanos, a la equidad de género, conlleva el significado de la multi nacionalidad, resguarda el concepto de nación-estado pluricultural, privilegia la dignidad humana sobre toda consideración y emite un noble mensaje al continente y al mundo para ser un referente, un paradigma frente al escenario de agotamiento del sistema neoliberal de deshumanización postmoderna. Mientras espero, somnoliento, las explosiones de dinamita arrecian y la inquietud colectiva se patentiza. Continuamos escuchando impávidos la oratoria insulsa”.
Finalmente, se dio lectura a los 411 artículos con correcciones de forma durante cuatro largas horas y fueron puestos a consideración. Quisimos intervenir pero había otros 40 oradores inscritos, no valía la pena postergar el debate. Los opositores, en una jugada política miserable, intentaron apropiarse del proyecto. Dijeron que lo anterior era una basura jurídica, que ahora sí votaban en favor de la nueva CPE porque su corrección era inmejorable.
No importó la impertinencia, levantamos la mano en forma unánime. La sesión de 18 horas concluyó a las 14 PM, había lágrimas en los ojos y alegría en las almas. El hermano Evo también lloraba al recibir la noticia. Salimos a la “Plaza Murillo” a abrazar a los hermanos marchistas. Toda Bolivia de pie entonó el Himno Nacional celebrando el triunfo. Con la diestra sobre el corazón y el puño en alto gritamos: ¡Patria o Muerte! ¡Vénceremos! ¿Cuándo, carajo? ¡Ahora carajo!

3 DE NOVIEMBRE DEL 2008

Gastón Cornejo Bascopé


SENADOR DEL MOVIMIENTO AL SOCIALISMO

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